viernes, 17 de julio de 2009

Sabes por que llueve?

Aquella pregunta da vueltas en mi cabeza...el eco de su voz, su olor, su calor. Todo flota a mí alrededor como si aquello fuera un sueño lejano. Sin poder evitarlo me entrego al llanto una vez más. Me consume la pena, el dolor crece con cada mes que pasa y lejos de olvidarlo, con el tiempo solo crecen mis heridas. Todo el tiempo que perdí, que perdimos.

Es inevitable…era solo una niña cuando el me dejo, pensé que con el tiempo el dolor se ahogaría entre recuerdos, pero, solo se hace mas fuerte.
Recuerdo aquella tarde…Llovía fuerte. Las gruesas gotas de agua golpeaban las ventanas, se había ido la luz porque en la cuidad había explotado un transformador. Estábamos solos en casa. El estaba cuidándome y jugábamos. Siempre encontraba una forma de entretenerme.Tenia miedo de la oscuridad, entonces me dijo que me sentara junto a la ventana, donde había luz, trajo una manta y me cubrió.

- Odio que llueva – murmure
- Ah si? - me miro y sus ojos brillaron de una forma extraña. Al ser yo una niña no la supe
interpretar, pero ahora, cada vez que la recuerdo me recorre un escalofrío – y por que?
- Por que si llueve, no podemos salir a jugar, ni a leer bajo el árbol…
- Humm- sonrío – pero… es bueno que llueva.
- No! – me cruce de brazos y negué con la cabeza, después de todo solo tenia 5 años.- es feo… y malo.
- Malo? – inquirió - como puedes decir eso?, sabes porque llueve?.
- Por que…- en ese momento lo miré y supe que en realidad no lo sabía – no lo sé, por que?

Esperé interesada, mi hermano era el mejor. Siempre me contaba cosas geniales sobre el mundo y me leía historias que me llevaban a lugares lejanos y fantásticos. El fue quien inculco en mí la pasión por leer. lo que más tarde se volvió pasión por escribir. Vió ese don que yo tenia y lo hizo florecer, volar.

            - Bueno…llueve por que - hizo una pausa y se llevo una mano a la barbilla mientras pensaba - ahh    si!. Llueve por que, las personas que están en el cielo y que son estrellas en la noche, a veces no aguantan y quieren ver a los que aman en el día. Y bajan en forma de lluvia, por eso cuando caen las primeras gotas, los pájaros cantan y la tierra huele fresca.
- Si? - pregunte emocionada… - y…mi conejito bajará también? – el solo sonrío y me acarició el cabello
- Si, el también baja a veces.
- Pero…y como vuelven a subir? – aveces creo que era una niña demasiado curiosa.
- Ah? – se sorprendió. Me miró con una media sonrisa en su rostro y despeino mi cabello con su mano – eres una niña muy preguntona, lo sabias?
- Mamá dice que es bueno que tenga cubriosidad…- respondí según yo muy segura de lo que decía. Mientras mi hermano rompía en carcajadas.
- Que?- pregunte inocente y algo resentida.
- Se dice curiosidad, Avi - me dijo al recuperar el aliento.
- Ahhh si...eso – sonreí algo sonrojada
- No esta mal equivocarse – suspiró – todos lo hacemos.
- No….- negué con la cabeza
- No? – me miraba como si yo fuese algo sobrenatural y encantador. Jamás lo entenderé.
- Onii sama, no se equivoca…- otra vez sonrío.
- Así que aprendiste a decirlo? … - asentí contenta y el me abrazo – oh! Avi, - suspiró abrazándome contra el - Si supieras cuantas veces me he equivocado, espero que tu no cometas los mismo errores que yo.

Levanté la cabeza, saliendo de entre su pecho y lo miré asombrada. Mi hermano lloraba, tenía los ojos llenos de lágrimas que intentaban escapar. Me abrazaba fuerte, sentía como temblaba. Pero no lograba explicarme por que. Luego, supongo que al mirarme se dio cuenta de que me confundía. Se limpió el rostro con una mano y volvió a sonreírme como siempre.

- Avi, tengo que irme por un tiempo- me dijo aun con un tono triste
- Ah?, porque?, a donde vas? –
- A…a un lugar lejos de aquí – soltó con ternura, su vista estaba perdida. En ese momento no lo note, pero se estaba despidiendo, de alguna forma el sabia que no iba a volver.
- Como unas vacaciones?, igual que papa? – solté contenta – adonde?, puedo ir contigo?
- No, no puedes - siguió con el rostro ensombrecido - tú…debes dedicarte a tener una vida feliz y a olvidar que tu hermano te abandonó – soltó en un murmullo mirando al piso.
- Ya volví!, por que todo esta a oscuras? – la voz de mi mamá se escucho desde al puerta.

Sin darme cuenta de la gravedad de las cosas mi expresión solo cambio y corrí a recibir a mamá en la puerta. Dos días después mi hermano salió de casa con una pequeña maleta. Antes de que saliera recordé que no había terminado su cuento. Corrí hacia el y llame su atención jalándolo de la manga de la chaqueta.

- Avi, debo irme- soltó triste mirándome de reojo.
- Si, pero… como vuelve la lluvia al cielo? – una sonrisa melancólica se dibujo en su rostro. Se agachó junto a mi y me miró directo a los ojos, en ellos había una extraña emoción, no sabia que era.
- Vuela, Vuela de nuevo hacia las nubes y espera para volver a caer- sin esperar nada mas se levantó, dándome un beso en la frente y luego hizo lo mismo con mama.

Años después me di cuenta de que mi padre no se había ido de viaje, nos había dejado y debido a ello ya no teníamos dinero, mi hermano se enlistó en el ejercito para cubrir nuestros gastos y dos mese después de haberse ido, murió. Ahora cada vez que llueve lo recuerdo, deseo que cada gota que cae del cielo, sea el mirándome, dándose cuenta de que cumplí mi promesa, soy feliz, aunque suelo llorar cuando llueve.



1 comentario:

Carolina dijo...

Querida Naoko, la lluvia siempre ha tenido connotaciones de tristeza, quizás porque siempre la acompaña un cielo oscuro.
Pero sabemos que siempre, tras la tormenta, vuelve a salir el sol y el arco iris nos trae rayos de esperanza.
Precioso relato amiga mía.
Besos!